
El agua que entra a los hogares e industrias no siempre tiene la misma calidad al salir después de haber sido usada. La mayor parte del agua que se destina a estos lugares (hogares, industrias y oficinas) debe de ser tratada antes de ser regresada al ambiente.
La naturaleza tiene una habilidad asombrosa para "limpiar"
pequeñas cantidades de agua de desecho y contaminación, pero si se hiciese
cargo de los miles de millones de galones de agua y drenaje que el hombre
origina diariamente, no tendría la capacidad suficiente para hacerlo. Las
instalaciones de tratamiento de aguas reducen la contaminación en las aguas de
desecho a un nivel que la naturaleza puede manejar.
Las aguas de desecho
también incluyen escurrimientos de tormenta. Aunque algunas personas asumen que
el agua que corre por las calles cuando llueve está bastante limpia, en
realidad no es así. Substancias contaminantes que se desprenden de las mismas
calles, estacionamientos y techos de casas y edificios, pueden causar daño a
nuestros ríos y lagos.